jueves, 3 de julio de 2014

Remembranza.

  • ¿Remembranza?

Shally asintió con la cabeza, mientras hundía su cara en el agua y sacaba los pies a flote al otro lado de la bañera. Aquel día, después de hacerle el amor reiteradas veces ella le confesó que esa era su palabra preferida. John nunca había oído nada semejante en boca de nadie, pero a él le pareció curioso e inusual que ella escogiera un término para definirse a sí misma.

  • Toma la cámara. - Recordó al instante el tono de su voz en su memoria. - Haz de este momento mi remembranza.

Y gustosamente volvió a la habitación sobre sus propios pasos y tomó entre sus dedos la vieja cámara que aún guardada en el armario esperaba a ser rescatada de las garras del olvido, donde hacía años que la había arrojado olvidándose por completo de su máquina y su función.

John volvió al cuarto de baño, ansioso por retratar el cuerpo de la mujer que amaba completamente desnuda, y le resultó sorprendente comprobar lo bella que estaba detrás del objetivo. El halo de timidez que siempre la envolvía parecía haber caído a sus pies. Pasó sus manos entre sus cabellos y su cabeza cayó sobre la bañera, y con la mirada fija clavó sus ojos en él, quien a su vez le miraba con una expresión perpleja en el rostro sin saber qué hacer.


  • Vamos John...- Le animó con sus palabras .- Hoy seré tu musa.

Resultaba increíble oír hablar de aquella manera a una mujer que apenas cruzaba dos palabras con él al día; se había desinhibido completamente delante de la cámara, como si aquel objeto tuviera el mágico poder de transformarla con sólo estar cerca de ella. Pensó en lo estúpido que había sido durante todos aquellos años en los que se había mantenido alejado de ella, tal vez si se hubiera percatado antes de aquel detalle ahora su relación sería más profunda y ardiente.

El cuerpo completamente desnudo de Shally fue fotografiado. Cada centímetro de su piel quedó aquel día impreso en el negativo: sus pequeños pero gruesos dedos jugando, su tatuada piel, su boca, sus labios... Todas aquellas imágenes quedaron grabadas en aquel carrete que con el tiempo acabó extraviándose sin llegar a ser nunca encontrado, al igual que los pasos de ella.



Shally tenía razón, la palabra que mejor la definía como mujer era remembranza, y para que no se olvidara lo anotó en aquella composición de fotografías que John le había regalado días después de tomárselas. Lamentablemente de aquellos retratos del pasado no quedaron recuerdos, pues el fuego es un cruel enemigo que devora todo a su paso, aunque en aquellas imágenes estuvieran los diez minutos más felices de la vida de Shally.



Akasha Valentine © 2014 Cartas a mi ciudad de Nashville. Todos los derechos reservados. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario